La presidenta argentina Cristina Fernández disertó en la Casa de Gobierno junto al premio Nobel Joseph Stiglitz, sobre "La deuda en el contexto de la crisis global".



"Si no toman las decisiones los presidentes, las toman los mercados", afirmó Cristina



La presidenta Cristina Fernández de Kirchner disertó en la Casa de Gobierno junto al premio Nobel y economista estadounidense, Joseph Stiglitz, sobre "La deuda en el contexto de la crisis global".
La Presidenta calificó de "ridiculez pretender sostener una proceso de deuda con políticas de austeridad", al coincidir con Stiglitz, y advirtió que "si no toman las decisiones los hombres y mujeres que estamos sentados en los sillones de presidentes, las toman los mercados y los que se sientan en los bancos".
Al compartir una disertación con el premio Nobel de Economía 2001 Cristina analizó que las soluciones a las crisis tienen que resolverse "desde la política" y, en ese sentido, advirtió la "falta de liderazgo político" existente, especialmente en Europa.
La Presidenta disertó junto a Stiglitz sobre "La deuda en el contexto de la crisis global", en el Museo del Bicentenario.
Del encuentro participaron, el vicepresidente Amado Boudou; el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina y la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, entre otros funcionarios y legisladores.
Al criticar las recetas de austeridad en el marco de la crisis global, la mandataria recordó: "Es lo que sostenía Néstor Kirchner en 2003 cuando decía que los muertos no pagan las deudas y por lo tanto hay que permitir que las sociedades crezcan y se desarrollen para poder honrar la deuda".
En su discurso, Cristina citó casos que había descripto Stiglitz, como la estatización de la deuda privada, en 1982, por "el entonces presidente del Banco Central".
"Lograron que el Estado nacional, es decir todos los argentinos, tomara la deuda del sector privado como propia", expresó, y mencionó que "en 1976 -cuando se inició la última dictadura- teníamos una deuda 6 mil millones y terminamos con una deuda de 160 mil millones".
También elogió el análisis hecho por el premio Nobel de Economía respecto de cómo "abordar la reestructuración de la deuda" y en esa dirección subrayó la política tomada por su gobierno y el de Néstor Kirchner cuando sostuvieron que "la responsabilidad es no solamente del que toma la deuda sino fundamentalmente del acreedor".
"Debían soportar parte de la deuda porque conocían la situación, cuando por las tasas era claro que no se iba a poder devolver", dijo.
En sintonía, Cristina recordó sus dichos de días atrás en la Bolsa de Comercio "cuando cerrábamos el Boden 2012 que significó la terminación del corralito, cuando los bancos se quedaron con el dinero de los depositantes, no los devolvieron, y el Estado nacional se hizo cargo a partir de la emisión de deuda".
La mandataria recordó que "a esa gente" les llama "el club del endeudamiento", y reafirmó su política de no endeudamiento. Remarcó que "solamente desde la locura se puede ocurrir calificar la deuda argentina, por ejemplo, como más riesgosa que la deuda española".
En ese punto, Cristina expresó que el de las "calificadoras de riesgo es un tema a abordar", como ya lo hizo en sus presentaciones en el G20.
La Presidenta afirmó que "el tipo de cambio, sin lugar a dudas también fue una fuerte política" de su gestión para "generar mucha demanda agregada", cosa que permitió que "hoy tengamos el mejor salario de América latina desde de un mercado interno muy fuerte".
"El gran problema que estamos teniendo para encontrar la solución -dijo Cristina- es que, más que ideas económicas es la falta de liderazgos políticos para tomar el toro por las astas".
"La eurozona se plantea fundamentalmente una política permanente de austeridad" sostuvo y criticó que se sigan "metas" de "inflación y no de crecimiento".
"El gran problema es no encontrarle un marco teórico al postneoliberalismo", remarcó la mandataria.
"El problema es que siempre hubo un marco teórico asociado a un determinado sistema de poder político en el mundo", repitió, y apuntó que "lo que se está haciendo ahora no es capitalismo".
En otro tramo de su disertación, aseguró que "cuando los problemas de endeudamiento no se solucionan" el peligro son "las implosiones sociales cuyas consecuencias políticas son inmanejables".
Asimismo, ponderó la alianza con Brasil. "Si a Brasil le va mal a Argentina le va ir mal, y si a Argentina le va mal a Brasil le va ir peor", manifestó Cristina, y también elogió el ingreso reciente de Venezuela "al Mercosur con su potencial energético".

Stiglitz: "Argentina demostró que es posible responder a la crisis"



El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dijo que Argentina adoptó un camino correcto al reestructurar la deuda en 2005, demostrando que es posible un camino de crecimiento frente a la receta del ajuste permanente.
"Argentina demostró que no fue fácil pero que es posible responder a la crisis (con una reestructuración de la deuda), haciendo posible seguir adelante", dijo Stiglitz este lunes en una conferencia que brindó en el Museo del Bicentenario.

"La economía ha podido seguir adelante y Argentina ha tenido un alto crecimiento durante muchos años, lo cual demuestra que el análisis es correcto", enfatizó Stiglitz.

De esta forma, Stiglitz ponderó la reestructuración de la deuda y la salida del tipo de cambio de la convertibilidad, como solución para salir del la crisis, como lecciones para los países europeos.

El Nobel de Economía criticó duramente el camino seguido hoy en Europa y ayer en América latina, donde los gobiernos impulsan e impulsaron recetas de austeridad diseñadas por los bancos.

Al Banco Central Europeo (BCE), dijo Stiglitz, le preocupaban más durante la crisis de Grecia los problemas de los banqueros y esto ocurre "a menudo con los bancos centrales que son captados por los banqueros que son regulados y supervisados y, a veces, por los  bancos más especuladores".

"Los banqueros han usado, en Estados Unidos en 2008 y actualmente en Europa, tácticas de miedo, diciendo que si los gobiernos no hacen lo que ellos quieren se acaba el mundo".

"El Banco Central Europeo no siempre actuó para los intereses de los países sino para los intereses de los bancos más especuladores, se lamentó, en referencia a cómo se fue armando la reestructuración de deuda griega.

Stiglitz remarcó que "en esta crisis de deuda el acreedor tiene tanta responsabilidad o que el que toma prestado, o tal vez el acreedor es más responsable aún".

Para el economista, "el acreedor es más sofisticado, y empuja y trata de incentivar a que se endeuda más y además se les pagan altos intereses", justificó.

El Nobel que dio una clase en el Museo del Bicentenario junto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, invitado por la Facultad de Ciencias económicas, recordó que a raíz de la experiencia argentina del 2001 "se habló del default y del desendeudamiento soberano, pero no se avanzó".

"Lamentablemente no hay una ley de quiebra para los gobiernos. El ex presidente George Bush vetó esa idea, que finalmente no prosperó".

El argumento que prevaleció del Consenso de Washington fue "asegurar que el default sea tan doloroso para que no vuelva a  repetirse".

Si bien no lo dijo expresamente, la Argentina fue tras el default duramente castigada por los mercados, y el FMI muchas veces actuó en favor de los acreedores, ante la propuesta de reestructuración de deuda argentina.

Stiglitz vio cierta similitud de la Argentina del 2001 con las economías europeas como Grecia e Italia, "que están atadas a un tipo de cambio rígido, combinado con endeudamiento alto, en una moneda que los países no controlan, que es el euro".

En Europa, el euro "fue un proyecto político pero las economías no estaban en zona óptima, tenían diferencia para competir, y la solución que adoptaron fue el ajuste, y resignaron política monetaria del tipo de cambio y tasa de interés", explicó.

"Pero cuando apareció la crisis de deuda en Grecia en el 2010 fue en parte porque no estudiaron lo que pasó en la Argentina (del 2001)", y el resultado fue que se empeoró la cosa.

En Europa hubo "un desmanejo de la crisis como respuesta; hubo demasiados países que adoptaron políticas de austeridad".

"Por ejemplo, España e Irlanda tenían superávits cuando empezó la crisis, fue la crisis la que causó déficit y no al revés", consideró, al criticar que los países europeos confundieron la causalidad.

"No existe economía que se recupere con austeridad, lo que hace la austeridad es empeorar las cosas", ya que generó una falta de demanda agregada que bajó el gasto, bajó la demanda de consumo, y creció el  desempleo".

Stiglitz explicó la forma en que Estados Unidos se sacó de encima la crisis de su propios bancos en los `80. Con maquillaje contable, pusieron valores "market hope" en vez de "valores de mercado" en sus balances, dijo.

Asimismo, los bancos "desplazaron el problema hacia América Latina, donde el FMI actuó como un cartel de acreedores, y exigió reestructuración a los países endeudados".

Stiglitz habló en el Museo ubicado en la Casa Rosada, poco antes de que hiciera uso de la palabra la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

Lo escucharon el vicepresidente Amado Boudou, el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Alberto Barbieri, entre otros.

En la tribuna se encontraba la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont; el embajador de la Argentina en Estados Unidos, Jorge Argüello, el director del Banco Central, Sergio Chodos; el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino; el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa;  el director técnico del Indec, Norberto Itzcovich; y el titular del Banco Credicoop, Carlos Heller.

También se encontraba parte de la conducción de la Cámpora, José "Cuervo" Larroque, Mariano Recalde, Juan Cabandié, entre otros; y el diputado del Frente para la Victoria, Carlos Kunkel, entre muchos otros.

Fuente Telam.

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