AL AZAR DE LA HISTORIA. Reflexiones sobre el acto de CFK en Velez


Foto: Celia Parola


Comparto algunas reflexiones que me obsesionaron respecto del acto de Velez


Al azar de la historia
por Richard Still.


Esta historia comienza en la cancha de Velez, en el barrio de Liniers, el 27 de abril de 2012 al caer la tarde en medio de la multitud y el colorido de las banderas, auque sabemos que empieza antes, tal vez a las 8 de la mañana de ese día cuando salimos desde Rosario o bien en el momento cuando empezamos a llamarnos compañeros.
No importa, no es mas que una historia que yo la quiero comenzar cuando Cristina señala al comenzar ese acto su creencia en que la historia es construcción política, voluntad, esfuerzo, trabajo y compromiso aunque admite que no puede dejar de pensar que el azar o algo más intenso y poderoso guía también los caminos de la historia.
Una cierta intervención azarosa hizo que ese acto de Vélez, previsto originariamente para el 11 de Marzo, fuera realizado finalmente, a propuesta de la propia Cristina, el 27 de Abril, pocos días después de la recuperación del control accionario de YPF por parte del estado nacional.
Entre el 11 de Marzo del 1973 y el 27 de Abril de 2003, cuando ella y su marido adquieren un protagonismo decisivo en la escena política nacional, se enmarca toda una historia de 30 años de militancia y lucha política en tiempos agitados, vertiginosos y terribles, una historia que lleva a una nueva construcción política que se establece a partir de lo que señala como nuestras convicciones históricas, nuestros principios políticos. Una historia que estamos escribiendo nosotros mismos y que jamás permitiremos que la vuelvan a escribir desde afuera o desde intereses contrarios a los de la patria.
Con mucha emoción continuó mixturando el relato de esa historia nacional con su propia historia personal y familiar para mostrar como todas esas historias se entretejen con otras, individuales y colectivas, para conformar una situación en muchos casos impensada poco tiempo atrás y que podría parecer mas propia de la intervención del azar que de un desarrollo histórico coherente.
Sin embargo, hay aquí un tercer elemento que opera en la conformación de esta situación y es la decisión política de cambiar la propia historia que queda expresado cuando hace referencia a la pregunta de la esposa de Saramago acerca de cómo legitimar el exiguo porcentaje de votos obtenidos en la elección de 2003 si no contaban con la oportunidad de una segunda vuelta a lo que ella respondió que esa legitimidad tendría que ser lograda a fuerza de políticas que fueran orientadas a marcar y cambiar el destino histórico de la Argentina.
En la enumeración de lo que ha resultado difícil de pensar o imaginar sin haber planteado esas políticas que marcaron y cambiaron nuestro destino histórico alude a:

- Un presidente que señala ante la Asamblea Legislativa que no va a dejar sus convicciones en la puerta de la casa de gobierno en tanto eso implica asumir una historia generacional con profunda vocación de cambio social.

- Desprenderse del lastre monstruoso de la deuda y del FMI. Era impensado hasta hace poco tiempo atrás imaginar estos dichos en boca de un presidente ya que solo era planteado como una aspiración de carácter casi revolucionario por algunos grupos de izquierda.

- Los juicios a los genocidas llevados a cabo con todas las garantías constitucionales luego de las leyes de punto final y obediencia debida y los posteriores indultos.

- La desarticulación del ALCA en Mar del Plata por parte de un presidente cuya figura hacía impensable semejante gesto.
Se me ocurre pensar como la propia Cristina, siempre tan impecable, pudo haber criticado tantas veces esa imagen desgarbada que ofrecía Néstor y que ahora ella misma recata como parte de lo impensado de la historia.

- El proceso de reindustrialización llevado a cabo luego de la destrucción del aparato productivo nacional en los años 80 y 90.

- La elección y reelección de una mujer con amplia legitimidad de votos con un liderazgo y una conducción indiscutidas y la inclusión de derechos para los sectores más discriminados de nuestra sociedad.

- La recuperación de los fondos de las AFJP, las reformas económicas y sociales y la asignación de presupuestos históricos en educación, ciencia y tecnología.

- La modificación de la carta orgánica del BCRA y el control accionario de YPF con el apoyo mayoritario de las fuerzas políticas del país.

Toda esta enumeración del azar de la historia plantea un aprendizaje político en tanto que las debilidades con que comenzó este proyecto hace 9 años y las debilidades de nuestra historia como país pueden ser revertidas con decisión, compromiso, trabajo, voluntad, convicción y sacrificio personal, que son todas ellas expresiones de una gran fortaleza.
Estas condiciones de fortaleza que permiten superar las debilidades son las que llevan a plantear la propuesta de unidos y organizados que era la consigna que convocaba a ese acto.
Esta unidad y organización debe ser entendida no solo como un llamado a la unidad nacional por la superación de nuestras diferencias históricas en función de la identidad por la participación en un proyecto común sino también al interior del propio proyecto político en tanto convoca a la unidad y organización a las distintas agrupaciones que surgieron como una expresión inclusiva de sectores con diversa identidad social e ideológica.
La organización planteada requiere idear nuevas formas de participación y nuevas formas de intervención del estado ya que asumir la historia implica justamente no volver al pasado.
La novedad de estas formas no puede, sin embargo, resignar ni declinar las responsabilidades políticas, sociales, económicas e institucionales del propio estado en la conducción de un país.
Explícitamente convoca a los jóvenes a continuar escribiendo la historia bajo la forma de la unidad y la organización ya que de lo contrario serán otros, mas unidos y mejor organizados, los que vuelvan a escribirla por nosotros.
Esta escritura de la historia, en tanto es dinámica y azarosa, se lleva a cabo sobre una hoja en blanco e implica borrones, manchones y tachaduras, avances y retrocesos; no es prolija ni puede serlo.
Esta historia así escrita ha de pertenecer a nuestra memoria colectiva y es la que nos ha de brindar la humildad, la lucidez y el conocimiento para entender nuestra situación y asumir nuestra autonomía y liberación en el marco de la unidad latinoamericana.
Asumir la historia es también sembrar futuro y en tal sentido la presidenta señala, como el mayor logro del proyecto político, la incorporación de miles de jóvenes de todos los sectores sociales a la política en tanto esta es la escritura de la historia.
Asumir la historia es proyectar hacia el futuro esa voluntad política de transformación porque no somos eternos y la muerte de Néstor o la enfermedad de Chávez así nos lo recuerdan.
Mientras repaso estas notas del discurso de la presidenta e intento señalar su solidez argumentativa, pienso en mi propio pasado y en la historia del grupo al que pertenezco y de mis compañeros junto a quienes estaba presente en esa fiesta popular y auténtica expresión de la diversidad que apoya este proyecto político.
El azar de esta historia hace impensado algunos años atrás que hubiese estado participando con tanta emoción en un acto de esas características o que me sintiese pertenecer a un proyecto común desde la identidad que brinda hacer cosas junto a quienes llamamos compañeros.
Recordaba otros viajes a Buenos Aires como cuando fuimos a Tecnópolis comunitariamente en un minibus o cuando nos confundimos en un interminable abrazo con los fuegos artificiales inundando la plaza de Mayo al inicio del segundo mandato de nuestra presidenta.
Pensaba en ese azar de la historia que me permitió conocerlos y poder compartir con ellos todas las condiciones de fortaleza que enumeró Cristina en ese acto y que hacen que podamos asumir nuestra historia personal y colectiva y sentir que formamos parte de ella y la estamos escribiendo.
En tanto la historia continúa es que elijo terminar con la expresión final con que cerró Cristina el acto y que fueron casi las mismas que con toda emoción le repitiera a Celia inmediatamente después:
La historia no se detiene, compañera, y aquí estamos todos nosotros.


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